Es sinónimo de vida sana, de economía, de ecología y de deporte. Sin embargo, el uso de la bicicleta como transporte cotidiano en reemplazo de los contaminantes y siempre molestos automóviles, sigue siendo la gran asignatura pendiente de nuestra provincia. Hay algunos que la usan a diario para ir a sus trabajos o estudios, pero padece las embestidas de automóviles y ómnibus en las avenidas y en el microcentro, como consecuencia del tránsito desordenado, de la incultura vial de la cual ellos no se excluyen y de la falta de sendas apropiadas para su circulación. No obstante, cada tanto la bicicleta resucita en proyectos urbanos. En Concepción, por ejemplo, el uso de este rodado es casi un tradición, sobre todo en las personas mayores (los más jóvenes optan por las motos); pero la gran mayoría tiene el mismo problema que los ciclistas de la capital: la falta de bicisendas que permitan el tránsito seguro y ordenado de este tipo de transporte. Muchos ciclistas de la Perla del Sur sufren a diario el atropello de los vehículos, no sólo en el centro de la ciudad, sino sobre todo en las rutas que comunican con otros pueblos del sur. Por eso miran con recelo la gran bicisenda que pronto se estrenará en el ingreso a Famaillá. Precisamente la Municipalidad de Concepción tiene listo un proyecto para hacer una bicisenda en la calle principal, la San Martín. Pero, por el momento, es sólo una idea que no tiene fechas ni planos.
En 2010, la Organización Mundial de la Salud invitó a los gobiernos a que faciliten la promoción de hábitos saludables, priorizando el uso de los transportes públicos colectivos, el desplazamiento peatonal y el uso de la bicicleta. El organismo mundial destacó en esa ocasión que la bicicleta era el medio de transporte más sostenible, económico y ecológico. “El aumento de la actividad física que se produce caminando o montando en bicicleta puede reducir la obesidad y las enfermedades relacionadas con ella. Cuanto antes se tomen estas medidas, mayor será su impacto en la salud pública”, indicó la OMS. Ciudades como Lyon (Francia) o Amsterdam (Holanda) no sólo están tapizadas de bicisendas, sino que el Estado provee de bicicletas para aquellos que quieran usarlas para ir de un punto a otro de la ciudad. La bicicleta brinda múltiples beneficios: previene la osteoporosis, combate el estrés, mejora el humor; es bueno para personas que padecen problemas articulares, especialmente de columna; mejora el sistema osteoarticular; disminuye la posibilidad de artrosis, fortalece el corazón y todo el sistema cardiovascular. y combate los trastornos metabólicos. Por eso, incorporarla masivamente como medio de transporte saludable en Tucumán es una alternativa más que interesante a la hora de planificar una ciudad ordenada, amable con los peatones y menos contaminada. La avenida Presidente Perón (Yerba Buena), por ejemplo, tiene una bicisenda a lo largo de su trazado, pero generalmente es usada por aquellos que salen a correr y no tanto por los ciclistas. De allí que, además de una infraestructura básica para dotar al resto de la ciudad de bicisendas adecuadas, se debe implementar campañas de concientización para que los ciclistas efectivamente las usen. Tal vez si el Gobierno provincial hiciera suya esta iniciativa y diseñara una política que surgiera del aporte del Ministerio de Salud, de la Facultad de Medicina y de los urbanistas y agrupaciones ecológicas, se podría hacer realidad el consejo de la OMS.